viernes, 23 de diciembre de 2011

Capítulo 20.

Caminabas pisando las líneas de las baldosas inconscientemente. Perdiste la cuenta de cuántas habías caminado hacía rato.

La razón: tenías la mente en blanco; el culpable: Pedro Alfonso.

Contabas con los dedos de una misma mano la cantidad de gente y de autos que había en la calle; estaba desierta. Lunes feriado a las 9 de la mañana, imposible esperar otra cosa… más en las Cañitas, donde la población era limitada y escapaba los fines de semana.

En diez minutos llegaste a tu departamento y ni te acordabas como hiciste para abrir la puerta. Estabas como flotando.

Te desplomaste en el sofá con una sonrisa que llevabas estampada en la cara desde que saliste del departamento de Pedro. Error…probablemente, la tenías desde que te despertaste a su lado.

Eran tantos los sentimientos que confluían en tu interior que te abrumaban. Sin embargo, la felicidad que sentías te hacía dar cuenta que tus sentimientos eran los más puros que alguna vez pudiste sentir.


“Veo las cosas como son” ♫ y el tono de aviso de mensajes de tu BlackBerry te sacó de ese estado de ensueño en el que estabas. Lo desbloqueaste y leíste.


“Hubiera preferido que me despiertes antes de irte, pero con esta nota que me dejaste perdono cualquier abandono… Sos hermosa y quizás extrañarte tanto sea bueno para el próximo truco… Quiero mi revancha”


No podías sonreír porque de hecho ya lo estabas haciendo… pero hiciste lo posible por ampliar tus comisuras aún más. Explotabas de emoción.



(Flashback)

Dividió el mazo en dos partes y las entrelazó, entretejiendo las cartas. Una vez mezcladas, te dio para que cortaras. Lo hiciste con rapidez.

Él te miró, canchero, levantando las cejas; vos sonreíste de costado. Se estaba poniendo interesante.

Ya con las tres cartas en mano, te permitiste unos minutos para planear como jugar. Tiraste un 12 de basto y Pedro te empardó con un 12 de espadas. Frunciste el ceño.

Pones sobre la mesa lo más alto que tenías, pero su 1 de basto superaba a tu 3 de oro.

- Oops... - te dijo Peter cargándote mientras sonreía.

- Deci dónde- dijiste cortante. Odiabas perder.

- Cuello - sentenció orgulloso y vos hiciste un esfuerzo para no sonreír.

Estaban jugando en el piso, para que no sea tan incómodo tener que moverse para cumplir la "prenda" así que te acercaste sensualmente como sabías. Provocarlo te encantaba.

Lentamente alcanzaste su cuello y aspiraste el aroma que se desprendía del mismo; amabas su perfume. Sonreíste al escuchar su respiración agitada.

Besaste el lugar indicado con una mezcla de dulzura y pasión y volviste a tu lugar, agarrando las cartas mientras de reojo veías a Pedro sonreír.

- Me parece que vas a terminar siendo mi esclava hoy - comentó refiriéndose al juego y vos reíste irónicamente.

- No te hagas el canchero, ya vamos a ver quién termina siendo siervo de quien - y luego de mezclar, entregaste las tres cartas que le correspondían. Eras competitiva a morir y jugar con Pedro era... pasional.

Le tocaba jugar y luego de acomodar en un abanico las cartas que le habían tocado, te cantó envido.

- Envido– respondiste segura imitándolo y él hizo una mueca. “Me voy al mazo” murmuró luego de apoyar las cartas con recelo y vos reíste cargándolo. Estaba mintiendo y lo habías descubierto.

- Te estoy dando un poco de ventaja – te dijo mientras se desordenaba el pelo con desinterés. “Qué crueldad” pensaste e intentaste mantener tu grado de concentración.

- Sh… A ver a ver... Quiero un beso en la nariz. Para empezar.

Se acercó con seguridad y besó tu nariz tan tiernamente que te quedaste sin aire. Sentiste como comenzabas a ruborizarte y le pasaste las cartas, para que no se diera cuenta.

Vos eras mano ahora y luego de analizar rápidamente lo que tenías pusiste un 4 donde acto seguido él dejó un 5. Por ganarle a tu humilde carta, tiró un 7 de oro, triunfador y tuviste ganas de trompearle la cara. Te cantó truco y vos aceptaste, haciendo que recobre la seriedad.

- Quiero retruco - anunciaste luego de tirar un ancho de espadas. Él se mantuvo pensativo por unos segundos.

- Quiero - respondió, seguro de que mentías, pero su sonrisa de suficiencia se desdibujo al ver que ponías sobre el rejunte de cartas otro ancho.

- A mi me mejilla le hace falta un beso… - y te tocaste el cachete derecho. Peter nuevamente se inclinó y te dio un sentido beso en la mejilla, luego de clavar sus ojos en los tuyos descaradamente.

Volviste a tomar el mazo y lo mezclaste torpemente. Pedro te ponía entre nerviosa y atontada.

- Falta envido – arriesgó y vos te mordiste el labio, pensativa. Estaba jugando con fuego y vos también.

- ¿Con vos es a todo o nada no? – preguntaste y él sonrió – Entonces quiero.

- 31 en mesa – y apoyo un 5 y un 6 de copas en el piso.

- 33 son mejores.

El frunció el ceño y rápidamente revisó tus cartas. No podía ser tan chiquilín para jugar y vos no podías estar tan contenta por reclamar tus “puntos”.

- Comisura - dijiste sin molestarte en ocultar tu sonrisa y él ofuscado por haber perdido tres manos seguidas, se sentó a tu lado.

Lentamente se acercó a tus labios y te estremeciste. El también estaba nervioso; era la segunda vez que estaban tan cerca desde que volvió de Nueva York.

Sin embargo, no se hizo desear mucho tiempo y besó la comisura de tu boca con tanta ternura que te dejó helada.

Se separó tan solo unos centímetros para quedar enfrentados. No podías sacar los ojos de sus labios. Avanzaste y posaste una mano en su cabeza, acariciando su pelo castaño. Él cerró sus ojos ante el contacto y se acercó aún más.

Cuando los abrió, se encontró con los tuyos verdes, ansiosos por lo que sucedería a continuación. Te sonrió e impacto en tu boca, besándote como no lo hacían hace tres años… con dulzura, con pasión, con simpleza. Con amor.

(Fin flashback)






Entraste al bbm para responderle y de lo atolondrada que estabas, escribiste cualquier cosa. Borraste y con más calma, enviaste lo que deseabas.

"¿Por qué me mandaste un mensaje en vez de hablarme por acá? Jaja"


Peter no se hizo desear.


"Quise hacerlo más teatral... Jaja"


Sonreíste. Definitivamente había logrado el efecto.


"Lo lograste... Te pido perdón de nuevo, tengo una producción a las 10 en Recoleta y se me hacia tarde. Igual me costó irme... Sos muy lindo durmiendo"





(Flashback)

Te habías despertado a las 8 de la mañana por la alarma de tu celular; Otro tema de Soda Stereo musicalizando momentos. Refunfuñaste mientras alcanzabas el teléfono y descartabas la alarma.

Pedro dormía con una respiración pausada y silenciosa, casi pegado a tu cuerpo. La paz que te transmitía era indescriptible.

Acariciaste tierna y suavemente su rostro pero él ni se inmutó. Estaba profundamente dormido.

Intentando hacer el menor ruido posible, te levantaste de la cama y te dirigiste con tu ropa al baño, para ponerte tu vestido de ayer y quitarte la remera de la "NYU" de Pedro.

Te desesperaste al recordar que no tenías llaves, ¿cómo se suponía que entrarías a tu casa a buscar las cosas que necesitabas?

Tomaste tu cartera, sin todavía saber qué hacer cuando tu mente se iluminó: la hermana de Zaira se había dejado su juego del depto en tu auto hacía una semana y nunca las había buscado.

Volviste a la habitación y agarraste el primer papel y birome que encontraste. Entre sonrisas escribiste una nota y la dejaste en la mesita de luz de pino. Besaste a Peter en la mejilla con dulzura y abandonaste el 7 “B” rogando que el señor de seguridad te abriera la puerta de entrada.

(Fin flashback)





“¿Si? Vos sos linda siempre... Igual me vas a tener que compensar eh... Esto va aparte de la revancha Jaja”


Y como querías jugar una revancha.


"¡Cómo te gusta perder! Jaja. Está bien, acepto ¡Ah! Tengo tu remera... Me la lleve para tener algo tuyo y extrañarte menos. Y además así tengo la excusa para verte otra vez"


"Vos no necesitás excusas para vernos... Siempre quiero verte"


Te mordiste el labio. Pedro te volaba la cabeza y más cuando decía estas cosas, de esa manera tan sentida. Sabías que era sincero y la seguridad que te transmitía era justo lo que necesitabas después de tantos golpes.

Un sobre se deslizó a través de la puerta y atrajo tu atención al instante. Frunciste el ceño extrañada pero igualmente te levantaste para tomarlo. Quizás era alguna factura de luz o las expensas del departamento.

Te acercaste al sofá y te sentaste aún sin leer de dónde provenía. Estaba a tu nombre y la caligrafía la conocías... Inconfundible. Diste vuelta el sobre y confirmaste tus sospechas.

Estabas como con delay… tenías miedo de abrirlo aunque sabías que era una idiotez atómica. Lo rompiste con cuidado y sobre tu regazo cayó una invitación.


“Miguel y Claudia
Tenemos el placer de comunicarles nuestro compromiso que se celebrará el próximo 3 de febrero a las 19 horas.
Deseamos que nos acompañen en este día tan especial.
Se ruega confirmación
Estancia La Candelaria/ Salón Colonial
Ruta Nac. 205 – Km 114.5
Lobos”


Las manos comenzaron a temblarte y se resbaló la tarjeta de las mismas. La vista se te volvió nublosa por la cantidad de lágrimas que se acumularon, deseosas por recorrer tu rostro. Ya no escuchabas el ruido del celular ni las agujas del reloj. Simplemente te desplomaste en el suelo… dejándote llorar en silencio.











AAAAAAAAA por el amor de jebús me olvide de dedicarselo enteramente a Dani, sin ella jamás hubiera sacado las partidas de truco jajajajajaj. Nuni love! ♥

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