Te mordiste el labio y ni siquiera atinaste a revisar el reloj; debían ser más de las 4 de la madrugada y vos estabas en la misma posición desde que habías cruzado el umbral de tu departamento.
Quitaste el mechón que auspiciaba de flequillo (uno demasiado largo) de tu rostro y con un esfuerzo sobre humano te levantaste para agarrar tu celular, que silencioso no había interrumpido esas horas de ¿meditación? en la soledad de tu hogar. Ojalá lo hubiera hecho.
Ni siquiera Zaira había dado señales de vida (¿dónde estaba todo el mundo?). Te mordiste el labio, otra vez, para tragarte tu orgullo y olvidarte la cara de sorpresa (y lo tonta que te sentiste) que pusiste al verlo bajar de tu auto con tanta efusividad. Cual telenovela de canal 9.
Otro suspiro.
¿Por qué dar el brazo a torcer es tan difícil? ¿Por qué siempre pensamos que dar ese primer paso resta algún tipo de punto?
Suspiraste (sí, otra vez) mientras tipeabas rápidamente el mensaje del chat sin pensar, porque de otra manera abandonarías el impulso de inmediato. Las voces de los náufragos de la isla de Lost eran como susurros en tus oídos pero los ignorabas completamente. Otra vez te estabas perdiendo el capítulo, pero bastante tenías con vos misma como para ocuparte de los misterios y dilemas que envolvían a doce personas ajenas a vos y a Pedro.
(Flashback)
Tenso sobre tenso... Intenso. O alta tensión (o hiper).
Suspiraste y sonó más a una queja que a una liberación de aire. Pedro te ignoro o simulo hacerlo, mientras su pasividad ante el volante te ponía nerviosa (de una manera insoportable).
El oxigeno era apenas perceptible y bajaste la ventanilla con la esperanza de que ese ahogo se disipe. El gélido viento impactaba sobre tu rostro, arqueando tus pestañas, pero aun así tu cabeza no paraba de pensar y justamente era lo que no querías.
Suspiraste y sonó más a una queja que a una liberación de aire. Pedro te ignoro o simulo hacerlo, mientras su pasividad ante el volante te ponía nerviosa (de una manera insoportable).
El oxigeno era apenas perceptible y bajaste la ventanilla con la esperanza de que ese ahogo se disipe. El gélido viento impactaba sobre tu rostro, arqueando tus pestañas, pero aun así tu cabeza no paraba de pensar y justamente era lo que no querías.
El calor había dicho adiós hacía un par de días para darle bienvenida al otoño. Las hojas caídas decoraban las calles, con marrones y amarillos coloreando el paisaje (las cuales de noche difícilmente podían apreciarse).
Una leve frenada te obligo a mirar hacia adelante y el farol de la esquina revelo sus rostros, escondidos en la oscuridad de la noche. Entonces por la expresión paradójicamente inexpresiva de Pedro caíste en la cuenta de que hacía 20 minutos que no se dirigían la palabra.
La fuerte molestia ganaba a cualquier deseo de remediar el silencio. Sobretodo rememorando el tono sugerente y hasta inocente con el que habías propuesto que se junte con su papá. Está bien, expresamente te había pedido que no tocaran más el tema, pero no era enteramente tu culpa. Su hermana era con la que en realidad tenía que enojarse, porque era ella la que había insistido en que te involucres para ¿mediar? entre las dos partes. Pésima idea.
Transitaron Juan B. Justo con rapidez y por un par más de calles que solo reconocías por los negocios que se asentaban en ellas. Cuando tomaron Dorrego, el silencio seguía tan inquebrantable como desde la mitad del viaje. Te permitiste observar a Pedro (total él se hacía el que miraba para otro lado) y te irritaste al darte cuenta que no podías decodificar su estado de ánimo.
Las dos de la mañana se hicieron dos y media y te mordiste el labio, porque no te restaba nada más por hacer y tus pulseras no tenían la culpa de que estuvieras alterada (el tintineo entre ellas era sumamente insoportable a esas alturas).
En realidad, haciendo un balance general tus nervios venían desde que hiciste Cañitas- Mármol. Conocer a la familia de Pedro, o parte de, era algo importante para vos; sabías que las cosas entre ellos eran tirantes y por eso más necesitabas mantener una buena relación. Pero el plus de la presión de Luciana fue el desencadenante para dejar olvidada la Paula Zen (que termino de retirarse con las malas contestaciones de Pedro) y dejar como titular a la Paula de siempre, pero potenciada por cinco.
Los faros del auto iluminaron el cartel que avisaba que estaban doblando en Luis María Campos y contaste tres cuadras hasta la casa de Pedro. Él ni se mosqueo.
- ¿A dónde vas? - preguntaste impulsivamente, llamando la atención de tu novio quien apenas había despegado la vista del volante hasta el momento. Su departamento se encontraba metros adelante, pero a él no parecía importarle; y por lo que parecía a vos también tenía que parecerte un dato menor.
- Bueh - bufó Peter antes de disminuir la velocidad y parar a un costado de la calle. Entornaste los ojos.
- ¿Qué? - inquiriste y la conversación parecía una competencia de bufidos. Pedro colocó el freno de mano y desabrochó su cinturón de seguridad. Te miro unos segundos, pero la dureza de su mirada te quito las ganas de seguir hablando.
Entre pasmada y aturdida, tu orgullo comenzó a quedar en segundo plano pero solo reaccionaste al recibir las llaves de tu auto en tu regazo (porque fueron con tu auto) y observaste como Pedro cerraba la puerta del auto cual novela mexicana.
Lo perdiste de vista una vez que cruzo la calle para avanzar hasta su departamento y ahí fue cuando perdiste toda esperanza de que diera media vuelta y volviera. Pestañeaste y torpemente te pasaste al asiento del conductor, decidiendo que nunca te había sido tan incomodo conducir tu propio auto.
(Fin flashback)
"Daaaale amor ya fue"
La madrugada no te permitía redactar otra cosa más jugada y a tu modo, este era un pedido conciso para disipar la tensión y hasta una disculpa. Hiciste zapping en la tele, mientras esperabas que la luz roja del chat se prendiera de una vez pero no lo hacía.
Minutos más tarde alguien te habló en el Messenger, pero era un R.R.P.P. del último boliche de moda. Te mordiste el labio y sin importarte quedar pesada presionaste "PING" en el chat con Pedro para llamar la atención de tu novio. Nada.
Una hora más tarde, habías perdido completamente la dignidad y te encontrabas colocándote tu buzo de Mickey que te trajo tu hermana de su viaje a Orlando por sus quince. Le debías unas disculpas por tus modos… y quizás por entrar en temas que sabías que él quería evitar a toda costa. Pero la indiferencia de Pedro en el auto superaba cualquier cosa.
Necesitabas que alguien te cerrara la puerta del departamento para no poder salir o que te escondieran el teléfono, pero estabas sola y no ibas a poder dormir peleada con él.
Caminar por la calle sola y a esa hora no te simpatizaba demasiado. Digamos que no tenías otra opción; no ibas a sacar el auto por 4 cuadras, menos pedir un taxi o pedirle a alguien que te acompañara (que se sienta culpable).
Tocaste el timbre del departamento un par de veces antes de mirar a tus alrededores por precaución. Sabías que Pedro había escuchado el timbre, pero probablemente pensaba que era un borracho o alguien que tocaba solo para molestar. El frío otoñal comenzaba a meterse entre tus pocos abrigos y provocaba estremecimientos leves que se multiplicarían con el pasar del tiempo. Eras una persona sumamente friolenta.
Volviste a repetir la acción y el silencio nuevamente fue tu respuesta ¿Se habría ido a otro lado? pensaste mientras te movías sobre vos misma, inquieta ¿Y si había salido a bailar? ¿Ink?
Demasiadas preguntas sin respuesta y mucho frío para tu buzo de Mickey y vos. Al llegar a tu casa pensabas apagar el teléfono todo el día y dormir y no pensar en nada. Ni en nadie.
- ¿Quién es? - escuchaste desde el portero eléctrico y volviste a acercarte al aparato (ya te estabas preparando mentalmente para caminar las cuadras de vuelta lo más rápido posible). Suspiraste aliviada.
- Soy yo, Pau.
- ¿Paula, qué hacés acá? - inquirió desorientado; lo habías sorprendido. Su tono somnoliento te hizo saber que acababa de despertarse… lo cual te robo una fugaz sonrisa.
- ¿Que te parece? - contestaste rápidamente - ¿Bajas o me voy? - preguntaste intentando no ser demasiado desafiante pero tratando de apurar la resolución (y rogando por un sí).
- No te muevas de ahí, ya bajo.
Caminar por la calle sola y a esa hora no te simpatizaba demasiado. Digamos que no tenías otra opción; no ibas a sacar el auto por 4 cuadras, menos pedir un taxi o pedirle a alguien que te acompañara (que se sienta culpable).
Tocaste el timbre del departamento un par de veces antes de mirar a tus alrededores por precaución. Sabías que Pedro había escuchado el timbre, pero probablemente pensaba que era un borracho o alguien que tocaba solo para molestar. El frío otoñal comenzaba a meterse entre tus pocos abrigos y provocaba estremecimientos leves que se multiplicarían con el pasar del tiempo. Eras una persona sumamente friolenta.
Volviste a repetir la acción y el silencio nuevamente fue tu respuesta ¿Se habría ido a otro lado? pensaste mientras te movías sobre vos misma, inquieta ¿Y si había salido a bailar? ¿Ink?
Demasiadas preguntas sin respuesta y mucho frío para tu buzo de Mickey y vos. Al llegar a tu casa pensabas apagar el teléfono todo el día y dormir y no pensar en nada. Ni en nadie.
- ¿Quién es? - escuchaste desde el portero eléctrico y volviste a acercarte al aparato (ya te estabas preparando mentalmente para caminar las cuadras de vuelta lo más rápido posible). Suspiraste aliviada.
- Soy yo, Pau.
- ¿Paula, qué hacés acá? - inquirió desorientado; lo habías sorprendido. Su tono somnoliento te hizo saber que acababa de despertarse… lo cual te robo una fugaz sonrisa.
- ¿Que te parece? - contestaste rápidamente - ¿Bajas o me voy? - preguntaste intentando no ser demasiado desafiante pero tratando de apurar la resolución (y rogando por un sí).
- No te muevas de ahí, ya bajo.
Ultimo hasta dentro de unos días. Últimas semanas de la fuckultad, disfruten los que ya están de vacaciones!
aaaaaaaaaaaaaaay dios
ResponderEliminarAyyyy, gfjdnjasd.
ResponderEliminarAy si no se me hubiera ocurrido entrar porque lo tengo en favoritos ni me enteraba copo sucioooooooooooooooooooooo jajaja.
ResponderEliminarJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJJAAJAJJAJAJAJJA HOLA PUTI, entra al otro y comentame (? . solo dias para que volvamos a nuestras andadas jjajajaja
EliminarRepito, escribes muy bien!
ResponderEliminarsubí más capítulos porfa,que me encanta tu nove...
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